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Te contamos una historia familiar que comenzó… antes de 1988

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Giuseppe Piccoli,

De trabajador a inventor

Es el año 1943, Giuseppe Piccoli tiene 11 años y es el mayor de 6 hermanos cuando pierde a su padre. Así que deja la escuela y comienza a trabajar

en la gran fábrica textil de la ciudad, para ayudar a su familia.

Con el paso de los años, Giuseppe aprende rápidamente.

Se vuelve experto en su trabajo y llama la atención de su jefe de turno.

Finalmente obtiene permiso para trabajar solo en el turno de mañana

para poder asistir a la escuela nocturna para convertirse en Técnico Industrial.

Inventa una patente para un nuevo tipo de freno para telares textiles que logra vender

a una empresa suiza.

Con el dinero ganado, finalmente logra comprar... un abrigo nuevo para su madre

y una motocicleta Gilera de segunda mano.

Los valles de Bérgamo y las máquinas de coser: un viaje entre

el trabajo y la Familia

Con su moto, después del trabajo, recorre los valles bergamascos

vendiendo las últimas máquinas de coser Vigorelli a las amas de casa que,

en aquella época, hacían su propia ropa en casa.

En 1957, Giuseppe se casa con Maria Fassi.

Maria es obrera en una fábrica de camisas y, después del trabajo,

ayuda a Giuseppe enseñando a las amas de casa a utilizar la nueva máquina de coser

y vendiéndoles baberos y camisetas de bebé que ella misma confecciona.

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De la cocina de casa

a dos fábricas: la extraordinaria historia de Giuseppe y Maria

En 1960, en pleno auge económico, Giuseppe y Maria se trasladan a Alzano Lombardo (BG)

con su hijo Giulio, construyendo una casa con un taller en la planta baja.

Aquí Maria, con los primeros trabajadores, produce baberos, camisas y pijamas que vende Giuseppe. En 1963 nace su segundo hijo, Mauro.

A partir de 1969, con un pedido de un gran cliente americano, se especializan en camisas

y amplían el negocio, llegando a los 200 trabajadores en dos fábricas en los años 80,

colaborando con marcas de prestigio.

De los textiles a los alimentos congelados:

la visión empresarial de Giulio Piccoli

Ya a principios de los años 80, la competencia de los países asiáticos empezó a aumentar,

por lo que Giuseppe le pide a Giulio que busque otra salida empresarial posible.

En 1982, Giulio deja la fábrica de camisas familiar y se hace cargo de una pequeña pastelería;

más tarde, con su esposa Cinzia, abre Piccoli S.r.l. en Ranica (BG).

 

Giulio comprende inmediatamente el potencial del mundo congelado que empezaba

a abrirse paso en aquellos años y transforma lentamente la pastelería en un pequeño laboratorio artesanal donde produce pequeñas pizzas, pretzels y otros productos horneados congelados.

Así comienza a abastecer a los distribuidores de helados del norte de Italia

con un viejo camión de helados de tercera mano.

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el nacimiento de G.M. Piccoli

De las pizzas a los croissants:

En 1987, Mauro se une a Giulio en Piccoli Srl, después de terminar un curso de formación de pizzaiolo. Juntos, comienzan a vender pizzas congeladas. ​

Poco después, una empresa milanesa le propone producir croissants congelados artesanales. Intuyendo el potencial, en 1988, con el apoyo de sus padres, nace G.M. Piccoli Srl

en las instalaciones de la antigua fábrica de camisas de Alzano Lombardo,

con Mauro a cargo de la producción y Giulio de la parte comercial.

 

Después de la fusión de las empresas, Giulio muere repentinamente en 1989.

Mauro, con la ayuda de su familia, continúa con la actividad.

Maria Fassi da vida a un punto de venta de productos G.M. Piccoli, anticipando la idea

del actual "Perla Point", una sala de exposición donde se pueden degustar

y probar nuevos productos.

La diversificación

y el nacimiento de "Città Alta Qualità e Tradizione"

Tener un único cliente nunca es algo bueno, por eso Mauro y Giuseppe

buscan otros Clientes "co-packing" y desarrollan así su propia gama de productos tradicionales

como croissants, bollería, mini pizzas, snacks salados y pasteles.

 

En 1996 nace la marca "Città Alta Qualità e Tradizione", que seguirá a la Empresa hasta hoy

y que Cristina, la mujer de Mauro, con un trabajo minucioso y capilar,

hace conocida y apreciada en toda Italia.

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Perla

La innovación de las formas: el éxito de

En 2004, Mauro se da cuenta de la importancia de ofrecer

no sólo productos de calidad, sino también algo único.

En un mundo donde los productos son todos "cuadrados y redondos", inventa PERLA,

la primera vieira de hojaldre con forma fácilmente reconocible para el ojo del consumidor

y decide patentar la forma.

 

Es un gran éxito inmediato, las ventas se disparan y finalmente el mercado se fija en G.M. Piccoli.

En los años siguientes, aprovechando la ola de este éxito, se crean y patentan otras formas:

Volo, Foglia, Alba, Diamante y Zaffiro, todos productos fácilmente reconocibles por su forma.

Tradición familiar y expansión global:

la transformación de G.M. Piccoli

Mientras tanto, los hijos de Mauro, Stefano y Francesca, se unen a la empresa.

En 2017, Mauro funda The Perla Company USA, Inc., con sede en Brooklyn

y propiedad 100% de G.M. Piccoli, que es el importador oficial de los productos PERLA en los EE. UU.

 

En 2018, G.M. Piccoli se convierte en una sociedad anónima.

En los años siguientes, la empresa afronta desafíos manteniendo su liderazgo de calidad

en el mercado de la masa de hojaldre, gracias a la flexibilidad, la innovación y la diversificación,

con nuevas recetas, rellenos y envases innovadores.

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The Perla Company:
Nuevos envases y sabores globales

para el futuro

En 2024, Perla Company renueva su histórico packaging blanco con un nuevo diseño

marrón en cartón FSC, adornado con la marca de Italian Pastry Excellence

y una referencia al histórico logo de "Città Alta".

 

Con el enriquecimiento de los gustos globales, en 2025 la Compañía lanza nuevos productos

con sabores internacionales, junto a los clásicos, anticipándose a las tendencias alimentarias futuras.

¡Una vez más, primeros en innovación!

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